El postureo nos empobrece
Hoy te quiero hablar de una de las consecuencias de practicar eso que llamamos “postureo”, cuando implica comprarse cosas que no nos podemos permitir, o que no queremos pagar, y por tanto buscamos opciones para conseguir nuestro objetivo, y que parezca que tenemos, lo que en realidad no tenemos.
Si eres mas de escuchar que de leer, te dejo enlace al episodio Nº 201 de Bitácora Mental #Podcast
Si… te estoy hablando de las falsificaciones, productos de todo tipo como: juguetes, perfumes, bolsos, joyas, relojes, cosméticos, y todo lo que se te pueda ocurrir que sea vendible, como sustituto de otro producto de afamada marca, mayor precio y seguramente calidad superior.
Pero antes que nada, me gustaría aclarar que no voy a entrar a juzgar ni los motivos, ni porqué compran éstas cosas las personas que suelen hacerlo, ya sea ocasional o habitualmente. Analizar ésta conducta sería entrar en un terreno muy complejo, adentrándonos en temas personales sensibles, con lo que además de hacerse muy largo, se desvirtuaría el sentido de éste episodio, que es centrarse en las consecuencias económicas de comprar falsificaciones.
Ahora mismo estaba recordando mi última visita a Sitges, un día de éste pasado verano, y una vez mas alucinaba al recorrer el paseo marítimo, en el que casi no quedaba espacio para que la gente caminara, debido a las decenas de manteros que tenían instalados sus puestos de venta sobre la acera. Y por si hay algún despistado, esto no va de hablar de inmigración ilegal, racismo ni nada. Estoy mencionando solo un ejemplo, de algo que se repite a lo largo y ancho de toda España, en pueblos y ciudades donde haya suficiente gente como para comprar lo que se ofrece.
Es que todo se remite a lo mas sencillo, donde hay negocio, siempre habrá quien tenga disposición a ganar dinero con él. Así que no tienen ningún sentido establecer algún grupo particular como responsable del problema. En todo caso, el vendedor -quien sea-, solo es una parte del mismo, porque quien consuma el hecho, el verdadero responsable de que exista la oferta, es el comprador y consumidor de esos productos.
Por tanto, quién lo vende o donde lo vende, no tiene la menor relevancia en lo que estoy comentando, ya que las falsificaciones también las ofrecen personas de camisa y corbata, con un perfil muy alejado del de esos individuos que mas de una vez vemos salir corriendo para no ser detenidos. De modo que todo lo relacionado con éste tipo de negocio, será asunto y responsabilidad de las autoridades competentes de cada sitio, donde ocurran los hechos.
Y mencionaba lo de Sitges y su paseo marítimo de éste verano, porque fue la última vez que me impactó tanto, debido a la impresionante cantidad de personas que estaban ofreciendo esas falsificaciones, que además compartían el mismo espacio con otros vendedores instalados legalmente en sus puestos. Comerciantes que obviamente estaban pagando sus impuestos locales y nacionales; en definitiva, sufriendo una competencia ilegal que destrozaba su frágil economía.
Y como dije hace un momento, esto existe en todo el país, incluso en sitios con poca población, y cuanto mas en grandes ciudades como Barcelona. Y allí también he vivido esa experiencia de caminar por el sitio mas caro de la ciudad, y que en pleno Paseo de Gracia sobre las aceras próximo a la calzada hubiera infinidad de vendedores ilegales, mientras a menos de 3 metros frente a ellos, estaban las tiendas que vendían las marcas originales, pagando miles de euros en alquileres, salarios, y evidentemente impuestos de todo tipo, que son los que sostienen gobiernos, y todo lo que implica un estado de bienestar.
Así que para ir redondeando el asunto, quería comentar algunos datos, de lo que significa para Europa y España todo esto de los productos falsificados. Que no solo es dinero y puestos de trabajo, porque dependiendo de los productos, no hay que olvidar el riesgo para la salud, cuando hablamos por ejemplo de cosméticos, o también juguetes para niños pequeños.
Bien… resulta que según información de la Oficina Europea de la Propiedad Intelectual publicado éste mes, con datos del período 2018 a 2021, tomando solo los sectores de cosmética, confección y juguetes, el impacto económico para los 27 países de la Unión Europea fue de unos 200.000 empleos y 16.000 millones de euros, anuales.
De esos 200.000 empleos perdidos, la peor parte se la llevó Alemania con alrededor de 40.000. Luego viene Italia, con casi 25.000 puestos de trabajo perdidos. El tercer perjudicado por la piratería fue Polonia con más de 18.000 empleos, y en cuarto lugar tenemos a España, donde más de 15.000 personas podrían haber conseguido un salario en alguno de éstos tres sectores, y las pérdidas económicas fueron de mas de 1.500 millones de euros al año.
En nuestro país, ropa y confección fue quien llevó la peor parte con algo mas de 11.000 empleos, y se dejaron de ingresar 1.000 millones de euros al año. En el sector de la cosmética se dejó de contratar a unas 3.600 personas, perdiendo ventas por 400 millones de euros. Y finalmente en lo referente a juguetes, los datos hablan de unos 240 empleos perdidos, y 113 millones de euros que no ingresaron.
Pero bien, escuchando éstos datos, el sector de los juguetes parece que hubiera sido el menos afectado, pero hay que tener en cuenta los porcentajes de incidencia respecto a las ventas. En base a eso, resulta que las pérdidas para los jugueteros representaron el 11% de sus ingresos, mientras en cosmética fue el 5,5% de la facturación, y en ropa y calzado la incidencia resultó de un 3,7% a pesar de ser quienes mueven mas dinero.
Y para ir cerrando ésta información, es importante resaltar que un estudio reciente a nivel europeo, dice que a un tercio de las personas les parece bien comprar falsificaciones, si el producto original es muy caro. Pero hay mas, porque si se consulta a los jóvenes, el dato sube al 50%, lo que evidencia un grandísimo problema.
Creo que sería importante una campaña informativa permanente a nivel europeo -que desconozco si se está haciendo-, pero sobre todo me gustaría verla en España. Porque la sociedad toda, influenciada por las redes sociales, está tomando un deriva donde en muchos aspectos de la vida diaria hacemos cosas que nos perjudican a nosotros mismos, y estamos lapidando un futuro que ya de por sí se plantea muy complicado.
España lleva perdiendo industrias desde hace mucho tiempo, pero el problema es mas profundo, porque también se le ponen muchos palos en la rueda a otros sectores donde es casi imposible competir, y tenemos en riesgo el campo, y producciones varias que afectan directamente a la alimentación, y nuestra capacidad de auto abastecernos.
Como dice el dicho, “toda piedra hace pared”, y cada granito de arena en defensa de “lo nuestro” es importante. Creo que todos tenemos claro que nuestra dependencia de ciertos países es cada vez mayor, perdiéndose puestos de trabajo que antes incluso eran bien remunerados.
Nos hemos ido quedando sin fábricas de todo tipo, que además de puestos de trabajo, contribuían al desarrollo social y tecnológico del país, donde lo mismo está ocurriendo incluso con alimentos y producción de la mas variada. El campo se vacía, y en muchos casos la fruta ni se recoge de los árboles porque la importada es mas barata.
El problema está en que lo que viene de fuera se lleva tu dinero, y luego no tienes ni para lo de fuera, ni para lo de dentro, porque no existe.
Y ahora mismo estoy recordando a un amigo, que hace unos 30 años me decía muy contento, que se había comprado 10 camisas chinas por el precio de una buena de la confección local. Tenía perfectamente claro que el corte era para otro tipo de personas, el largo de mangas era diferente, y dentro de muchos otros detalles, la calidad dejaba mucho que desear. Pero aun así, el y muchísimas personas comenzaron a comprar esos productos, y también herramientas, y tantas otras cosas de baja calidad, pero con precios muy atractivos.
Solo un par de años después de aquella conversación, trabajando en una inmobiliaria, me tocó ir a visitar mas de una planta textil de mi ciudad, que fabricaba unos productos excelentes, reconocidos mundialmente. Prendas que se vendían muy bien tanto a nivel local, como en Europa y EEUU.
La cuestión es que habían quebrado, estaban vacías, y parecían barrios fantasmas dentro de la ciudad. Caminar por aquellas naves otrora ruidosas en las que trabajaban miles y miles de empleados y ahora estaban en absoluto silencio era una experiencia que daba escalofríos. Pero ese era el comienzo del mundo que tenemos hoy.
Pero volviendo a España y Europa, quizá lo mas reciente sea la etapa en la que estamos entrando con el coche eléctrico. Un nuevo escenario, donde es vox populi el riesgo que corre la industria automotriz europea y española, frente a un gigante que está inundando el viejo continente y nuestro país con vehículos a precios que podrían reeditar lo que ocurrió con los móviles, también con los coches. La incidencia directa e indirecta que tiene en la economía local y europea el sector del automóvil, es de una trascendencia tal, que puede ser un absoluto cataclismo social si corre la misma suerte que otros sectores que han desaparecido o quedado reducidos a la intrascendencia.
Es imperioso cuidar lo que tenemos y luchar por el crecimiento de nuestro producto bruto, porque por el camino actual, no habrá sitio donde ganarse la vida, salvo en tareas sin ningún valor agregado, y muy mal pagas, dentro de ese parque temático a medida en el que nos están convirtiendo las nuevas potencias a las que les hemos regalado nuestro futuro. Es momento de no tropezar una vez mas con la misma piedra.
Y hasta aquí la entrega de hoy de Bitácora Mental, muchas gracias por el tiempo que has dedicado a leer o escuchar, y te espero en la próxima. Chauuu…