El tiempo pasa para todos
En ésta entrega de Bitácora Mental hablo de lo rápido que pasa el tiempo, -o al menos esa percepción subjetiva que tenemos los que ya llevamos algunas décadas en éste mundo-, y cómo está envejeciendo la población española, pisando el acelerador cada vez mas fuerte hacia la tercera edad, al punto que llevamos ya varios años siendo un país de viejos, y no pinta que vaya a cambiar.
Si eres mas de escuchar que de leer, aquí te dejo un enlace al audio del episodio Nº 202
Seguramente te acordarás de cuando eras niño, y unas vacaciones de verano duraban una eternidad. Evidentemente lo esencial no ha cambiado, porque aquellas jornadas tenían las mismas horas que las de nuestro presente, aunque hoy parezca que vamos a otra velocidad, devorando días, semanas y años, como si todo se hubiera acelerado inexplicablemente.
Las vacaciones de hoy parecen siempre cortas, y al mirar atrás cuesta creer el tiempo transcurrido desde tal o cual recuerdo, ese que creímos mas cercano.
Éste fin de semana estaba viendo una serie, en la que aparecía una actriz a la que había perdido de vista hace algún tiempo. Confieso que me costó unos minutos darme cuenta de quien era, porque junto con mi mujer no terminábamos de creernos como había envejecido. Pero haciendo un poco de memoria, enseguida caímos en la cuenta de que llevábamos unos años sin verla, y que evidentemente no es lo mismo el reencuentro con alguien de 30 años a quien se había perdido de vista un tiempo, que en el caso de una persona de mas de 50.
Y cuando uno se pone a pensar éstas cosas, -si estaba “distraído”-, cae también en la cuenta de que el tiempo pasa para todos, y casualmente éste mismo fin de semana pude comprobarlo en carne propia. Porque estaba revisando un móvil viejo con fotos personales de hace 4 años, y viendo la pantalla no quedaba duda de que lo que me había devuelto el espejo por la mañana, tenía escritas en mi cara muchas historias, que hasta hace 4 días resbalaban con facilidad.
Y ante éste baño de realidad, aunque uno nunca ha pretendido estar por fuera de ella, es inevitable pensar en el camino recorrido, y el que pueda quedar por delante. Resulta entonces inevitable imaginar cuanto de él será mas o menos como te sientes hoy, y a partir de que momento lo que ya se ve en el rostro, se manifestará de otras formas, haciéndote poco a poco, una persona diferente.
En mi caso por ejemplo que me gusta mucho conducir, me intriga sobremanera ¿en qué momento se comienza a perder esa atención y velocidad de reacción, que hoy todavía uno siente en propiedad? Pero a la vez, sobrevolando los 60s, me intriga si ya han comenzado esos cambios y se ven desde fuera, porque siendo aun lentos, no se auto perciben en el día a día.
Y quizá éste audio empieza a sonar negativo, pero de verdad que no voy por ese lado, solo es una reflexión intentando imaginar ¿Cómo será lo que venga? para los que hemos dejado atrás la juventud, y somos conscientes de ello. Vivimos en un mundo súper tecnológico y conectado, en el que todo parece estar hecho a la medida de las nuevas generaciones, donde hacerse mayor lejos de ser un privilegio, parece otra cosa. Y si alguien preguntara ¿es éste un mundo para viejos? O mejor aún ¿es España país para viejos? Ahí veríamos dos caras de una realidad, porque creo que sin duda no, no es país para viejos, pero al mismo tiempo somos un país de viejos, y cada vez mas y mas, porque esa es la tendencia que llevamos, y marcando ahora mismo un nuevo récord.
Te cuento que según datos del INE, en 2023 se registró un nuevo máximo histórico de envejecimiento de la población española, habiendo 137 personas mayores de 64 años, por cada 100 habitantes menores de 16 años. El aumento de mayores en los últimos 15 años venía con una media de 2,4 puntos porcentuales cada año, y ahora ya estamos en casi 4 puntos.
Las cosas están cambiando muy rápido, porque en los 2000, -mas precisamente 1999-, todavía había mas población menor de 16 años que mayor de 64 años, era una España joven. Pero a partir de ese momento la tortilla se da vuelta, y desde 2010 pisamos el acelerador hacia la tercera edad.
Obviamente ésta realidad obedece a varios motivos, entre ellos el aumento de la esperanza de vida, y hay otros factores bastante mas relevantes que serían muy interesantes de analizar, pero hoy no es el momento. No obstante, a nadie se le escapa el tema de la economía familiar, sistemas de vida, y como no, la gran caída de la natalidad, que en 2022 marcó su peor cifra histórica, produciéndose algo menos de 330,000 nacimientos.
Y no es ningún secreto que la población se reparte por todo el territorio español de forma desigual, con lo que eso también ocurre en cuanto a las edades. Por tanto, si hacemos un podio con las autonomías cuya población está mas envejecida, el primer lugar se lo lleva Asturias, donde existen 249 personas mayores de 64 años, por cada 100 menores de 16 años.
En segundo lugar tenemos a Galicia con 218 mayores de 64 por cada 100 menores de 16 años, y pisándole los talones en tercer lugar y 217 por cada 100, está Castilla y León.
Pero también quedan lugares de España donde todavía los jóvenes son mayoría, y seguramente no sorprenda a nadie el hecho de que en primer lugar está Ceuta, luego viene Melilla, y el tercer puesto es para Murcia, pero ya se acerca a la paridad 1 menor de 16 por cada mayor de 64 años.
En el caso de Ceuta y Melilla la diferencia es mas grande, y podríamos redondear que son casi 2 menores por cada mayor de 64.
Estos datos que estoy comentando, evidentemente nos muestran un presente y un futuro que podría distar bastante de lo que hace mas ruido, que es todo lo relacionado con la juventud, sus intereses, y todo lo que se mueve a nivel del consumo en electrónica así como en tantos otros aspectos, en edades en las que hay una predisposición importante al consumo, y en muchos casos compulsivo.
No es ningún secreto que las personas mayores importan poco, salvo cuando hay elecciones, pero la realidad es que todo lo relacionado con ellas es un asunto al que debería darse absoluta prioridad. Estamos teniendo un desajuste importante en todo el sistema con la subida permanente de población jubilada, o en posición de jubilarse, mientras por el otro extremo cada vez nace menos niños. Esto afecta directamente a las cotizaciones, y el sostenimiento del propio estado. Y si hablamos de fuga de cotizantes, todavía nos queda un factor importante a tener en cuenta, la cantidad de personas jóvenes, -o no tanto-, que en algún momento de su carrera laboral terminan emigrando, con el fin de conseguir mejores condiciones de vida.
La falta de profesionales cualificados en muchas áreas es otra de las consecuencias derivadas de todo esto. Probablemente se debería encarar un cambio importante respecto a la forma de mantener activa a una gran parte de la población, que a edades muy tempranas -teniendo en cuenta las expectativas de vida actuales- son discriminadas y expulsadas del mercado laboral.
Es que para innumerable cantidad de trabajos, tener mas de 40 años ya te deja en una posición muy comprometida a la hora de tener una oportunidad, y ni que hablar cuando ya se tienen 50 o mas, donde directamente el aspirante -salvo casos muy concretos- es descartado por edad, sin siquiera tener una oportunidad de demostrar su valía.
Pero llegados a ésta altura, también tenemos que pensar en potenciar las oportunidades para personas mayores, población rural, gente discapacitada y todo aquel que teniendo buena salud quiera mantenerse activo. Es responsabilidad del gobierno y toda la clase política trabajar en la legislación, -o ajustes necesarios-, para conseguir ampliar significativamente la cantidad de cotizantes, creando oportunidades donde antes no las había, sin apelar como siempre, únicamente al retraso en la edad de jubilación.
En resumen, que como se suele decir “esto es lo que hay”, España envejece rápidamente y lo preocupante es ver que solo se está pateando la pelota hacia adelante, mientras cada vez se pagan mas impuestos. Esos que necesitamos imperiosamente se destinen con diligencia a la transformación de la sociedad toda, como hoy la necesitamos. Tenemos el conocimiento y la tecnología, habrá que ver si existe voluntad política, o como tantas otras veces, la realidad superará la ficción, pero en todo caso, en ese momento -claro-, ya habrá habido tiempo para que alguien cargue con el muerto.
Y hasta aquí el Bitácora Mental de hoy, gracias por tu tiempo, muchas gracias por leer o escuchar éste episodio, y te espero en el próximo. Chauuu…