La verdad es que no recuerdo la marca de la primer cámara de fotos que vi en casa. El niño de aquel entonces -y desde los 4 años o antes-, claramente sentía una fuerte atracción por la música y la radio, aunque seguidas muy de cerca por todo lo que fuera imagen: fotografía, televisión, cine y lo que vendría después. Y no fue hasta que los amigos de los ajeno se apoderaron de aquella cámara familiar, con la que se habían inmortalizado momentos memorables de nuestras vidas, cuando me di cuenta de que quería capturar mis propios instantes en aquella película especial, que luego sobre un mágico papel, me recordarían situaciones que el tiempo siempre se empeña en borrar.
Fotografía y libertad
Fotografía y libertad
Fotografía y libertad
La verdad es que no recuerdo la marca de la primer cámara de fotos que vi en casa. El niño de aquel entonces -y desde los 4 años o antes-, claramente sentía una fuerte atracción por la música y la radio, aunque seguidas muy de cerca por todo lo que fuera imagen: fotografía, televisión, cine y lo que vendría después. Y no fue hasta que los amigos de los ajeno se apoderaron de aquella cámara familiar, con la que se habían inmortalizado momentos memorables de nuestras vidas, cuando me di cuenta de que quería capturar mis propios instantes en aquella película especial, que luego sobre un mágico papel, me recordarían situaciones que el tiempo siempre se empeña en borrar.